El nombre de esta mujer no sólo es sinónimo de cocina zapoteca, es sinónimo de México, de empoderamiento y de fuerza interior. Porque, además de dominar los fogones es una exitosa empresaria, una mujer que logró tener su restaurante y no solo cumplió ese deseo, la cocina la ha llevado a volar más alto.
Sin poseer un título universitario, ni haber realizado prácticas en restaurantes con estrellas Michelin, es reconocida más allá de las fronteras de nuestro país; con recetas que heredó de sus ancestros, se ha encargado de preservar los sabores de su región, de su natal Oaxaca, ella es Abigail Mendoza.
Orgullosa de sus raíces, de su gente y de su oficio, Abigail señala que está satisfecha con lo que ha logrado. El nombre de su restaurante es «Tlamanalli», un lugar que es como entrar a la casa de una familia grande. Un espacio amplio, donde caben unas 20 mesas redondas de ocho sillas. No pretende impresionar al comensal con una fina decoración contemporánea. Los únicos adornos en los que se esmeran están sobre las mesas: unas gardenias, rosas blancas o jazmines que compra en el mercado del pueblo mientras elige, una a una, las mazorcas de maíz tierno, las flores de calabaza para preparar una sopa, el queso fresco que vende un matrimonio de la sierra, los chapulines recién recogidos en el campo que ofrecerá de aperitivo a los clientes ese día. Tal y como si fueran sus hermanos o sus hijos. Esta mujer oaxaqueña, trabaja y sirve la comida con el mismo cariño que si estuviera en el patio de su casa.
“Para una mujer zapoteca la comida es alegría, y esa alegría la compartimos en la mesa con nuestra familia, porque para nosotros la familia es lo más importante y nos esforzamos porque sea feliz… Yo no soy casada, pero tengo hermanas, hermanos, y me gusta compartir con ellos en la mesa, me gusta que sean felices porque así soy feliz yo también”.
ABIGAIL MENDOZA
Ir a Oaxaca es toda una experiencia, recorrer sus paisajes, sus plazas, vivir sus tradiciones y disfrutar a su gente, la comida es un referente no solo por el mole, el chocolate y el mezcal, los tamales, los platillos hechos de maíz, los chapulines, la flor de calabaza, si tienes oportunidad de visitar este maravilloso estado y más aún, vivir el recorrido hasta Teotitlán del Valle para conocer a Abigaíl Mendoza, hazlo con la intención de ser parte de un día a día, de una mujer que trae sus ingredientes del mercado, que hace un consumo regional y no concibe su vida sin la alegría de cocinar.
autoridades de la cocina, Abigail y todas las grandes cocineras de cualquier rincón de México, abren brecha en la gastronomía mundial, pero ella en particular es un personaje de gran calibre
en un restaurante de lujo, en el mercado, la sazón no conoce fronteras, Abigaíl Mendoza es sinónimo de empoderamiento gastronómico
toda una autoridad, una mujer que al compartir su manera de cocinar hace sentir el amor por sus raíces. En el restaurante más lujoso, o en la casa más humilde lo que hace la diferencia para hacer platillos de gran calibre es la persona que disfruta el que otros disfruten la comida.